Unos dicen que se trata de que tu nombre quede en la mente de cada una de las personas con quien tuviste contacto. Otros, por su lado, insisten en que tu vida nadie ni nada la va a recordar, que son tus pasos los que únicamente tu recorres y nadie más se va a interesar en ellos.
Siempre he oído ese cuento de que tienes que vivir la vida que a ti te plazca, solo a ti. Y que no existe persona sobre la tierra que tenga potestad sobre tus decisiones.
Para mi, la vida es mucho más que eso. Este mundo existe por algo, cada uno de nosotros existimos por una razón. Una razón que buena o mala a la larga viene siendo la esencia de cada una de nuestras acciones y decisiones. Somos personas, no robots. Somos humanos y sentimos y, por supuesto, que nos inspiramos. Y nuestra mayor inspiración no son objetos, son personas, son otros seres humanos y para mi, no habrá jamás mayor reconocimiento y razón de regocijo personal, que ser la inspiración de alguien más.
Yo no estoy aquí sentada haciendo lo que estoy haciendo porque sí. Estoy aquí, así como he estado en muchas otras partes, siguiendo un rumbo. Un camino que yo misma he ido pavimentando a punta de logros, logros que, de una forma u otra, me hacen ser quien soy hoy. Así que, si algo ocurre, si mañana no soy más que “una adolescente más del siglo XXI”, por lo menos sé que dejé todo lo que pude dejar, cosas no materiales, enseñanzas, mis ideas, mis ganas de hacer las cosas bien, mis metas, mis logros, todo. Sé que alguien, así sea una persona, va a mirar mis cosas, va a leer mis ideas, va a aprender de algo que alguna vez pude decir o hacer, y mi legado, que por más chiquito que sea es importante para mi, va a seguir creciendo pero de la mano de alguien más.
Si solo estuviéramos aquí para llenar un espacio en el universo al que le hace falta materia, no seríamos ni racionales ni nada de lo que somos. Por eso, no hay que ceñirnos al hecho de simplemente “vivir”, hay que saltar los límites y hacer lo que nacimos para hacer.
Yo soy yo, nadie más va a ser yo.
nonstoptalkinggirl 